Cuarto diario reflexivo. El sitio de clase

 EL SITIO DE CLASE



En un aula, siempre vamos a encontrar diferentes lugares donde sentarnos, como futuros maestros y maestras, vamos a toparnos con diversas situaciones en las que los alumnos se sentarán en un lugar de la clase, a partir del cual podemos ver cómo son cada uno de ellos… o eso es lo que se ha dicho durante mucho tiempo.


En los últimos años, siempre podíamos escuchar que los alumnos que se sientan en las primeras filas son los más inteligentes y los que quieren sacar mejores notas, mientras que los alumnos que se sientan al final de la clase suelen participar menos y tener menos interés por el aprendizaje, pero esto desde mi punto de vista, no es para nada cierto.


Pues es que puede que lo que ocurra sea todo lo contrario, que no son las personas que sacan las mejores notas las que se sientan delante, sino que los primeros sitios son los que hacen que el alumno preste más atención en clase y por lo tanto saque mejores notas. Esto lo demuestra Stiress, L en el año 1890, cuando con varios experimentos demostró que, aunque fuesen los profesores los que colocaban a los alumnos en sus respectivos sitios (sin saber mucho acerca de ellos), siempre acaban sacando mejores notas aquellos que se sentaban delante que a los que colocaban al final.


Sin embargo, existen otros estudios como el de Daniel R. Montello que explican que la ubicación no influye como tal en las calificaciones de los alumnos, aunque sí en la participación en clase y en variables relacionadas con las actitudes durante el curso.


Es por esto, que pese a que hay estudios que se contraponen, podemos sacar algo claro y es que el lugar en el que se sientan los alumnos va a influir en cierta manera en sus estudios, y es por ello que no podemos pasar de largo esta organización de las aulas.


Para que no existan estas filas de las que estamos hablando que, al fin y al cabo, en mi opinión, pueden acabar creando desventajas en los alumnos, podemos optar por distintos tipos de organización que sean diferentes a los habituales, por ejemplo, distribuir la clase en grupos de personas y mesas o crear un semicírculo entre todos los alumnos, pues esto ayudará a mejorar la participación que está muy relacionada al fin y al cabo con las calificaciones del alumnado. 




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